De topografía montañosa, presenta un típico paisaje glaciario, donde alternan profundos valles ocupados por ríos y lagos, y cordones montañosos orientados de noroeste a sudeste. El sector costero presenta la Bahía Lapataia y Ensenada, donde se intercalan barrancos y pequeñas playas que constituyen el ambiente ideal para la avifauna costera.
En el área predominan dos tipos de bosque, el de lenga y el de guindo, que se desarrolla en las áreas más húmedas y sobre la costa del Canal de Beagle. El sotobosque es abierto con abundantes musgos y helechos. Durante la primavera puede encontrarse la orquídea de Magallanes, el michay, que abre sus flores amarillas, y los hongos en polvera.
Entre los bosques se extienden extensos turbales, espacios anegados donde se desarrollan casi exclusivamente musgos del género Sphagnum. En los bordes del turbal pueden encontrarse juncales, una pequeña planta insectívora y bosquecillos achaparrados de ñire.
La avifauna es muy diversa y fácil de observar. En los ambientes costeros, pueden encontrarse ostreros del sur y cauquenes blancos. También frecuentan estos ambientes el albatros de ceja negra, de más de dos metros de envergadura, el pato vapor y el petrel zambullidor. Otras aves características del Parque son el macá grande o huala, que prefiere las bahías tranquilas para nidificar, los cauquenes común y de cabeza gris y el carpintero negro patagónico.
Entre los mamíferos se halla al guanaco y al zorro colorado, con una raza particular de Tierra del Fuego. En las costas se cuenta con registros antiguos del chungungo o nutria marina.
Las especies introducidas son el conejo, la rata almizclera y el castor canadiense. Este último causa considerable impacto ambiental debido a que tala árboles para construir sus diques, los cuales a su vez provocan inundaciones en ciertos sectores del bosque, causando la muerte de muchos árboles por anegamiento.
Entre las rocas del mar abundan mejillones, cholgas y caracoles. |
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