martes, 27 de septiembre de 2011

Galeria de arte


La Galería de Arte, inaugurada en el martillo arquitectónico del Pabellón II, en el 4º aniversario del Museo Marítimo, el 3 de marzo de 1999 . Este espacio que en tiempos pasados fuera destinado a cuadra, posee una superficie de exposición de 300 m², talleres, depósito y una sección especial dedicada a la fotografía incluido un laboratorio.

El Pabellón II, fue inaugurado el 3 de marzo de 2003, un espacio donde se realizan durante todo el año en las Salas 1, 2 y 3, exposiciones temporales de artistas locales, nacionales y extranjeros.
El Pabellón III, Planta baja, Sala 4.
Luego de un complejo y costoso trabajo de acondicionamiento se inaugura 
en diciembre de 2005, la sala 4 con la exposición “Dali en el Faro del Fin del Mundo”, cumpliendo así con nuestro objetivo de recuperar espacios para exposición.

Manteniendo las características estructurales del edificio -declarado Monumento Histórico Nacional-, y respetando las normas de conservación y exhibición, se inaugura el 12 de diciembre del siguiente año la Planta Alta del Pabellón III con el
MUSEO DE ARTE MARINO USHUAIA MAMU-.
La creación de este museo significa un gran aporte a la cultura de la ciudad de Ushuaia en particular, y de Tierra del Fuego en general, que es la única provincia del país que aún no cuenta con un Museo de Bellas Artes propio que abarque la totalidad del Arte Argentino, y en tal sentido se espera que esta colección sirva de base para tal propósito.
El Museo Marítimo de Ushuaia cubre así la necesidad de un espacio alternativo a la demanda turística en crecimiento, difundiendo la obra de los artistas hacia el exterior con la exposición, difusión y venta de sus obras; el intercambio de obras de arte extranjeras y nacionales; el acceso de artistas aún poco conocidos y la brindando a la comunidad nuevos caminos al conocimiento y distintas formas de comunicación entre quienes se dedican a la creación y los que son capaces de apreciarla


viernes, 23 de septiembre de 2011

Museo Maritimo de Ushuaia



PLANTA BAJA
PLANTA ALTA


El Museo Marítimo de Ushuaia esta en el edificio del Ex Presidio de Ushuaia (o Cárcel de Reincidentes de Tierra del Fuego) donde se recluía a los criminales más peligrosos, por su reincidencia, cobrando una triste fama. El edificio, que cerró sus puertas en 1947, fue declarado Monumento Histórico Nacional por ley del Congreso de la Nación en abril de 1997 y está siendo recuperado para su visita por la Armada Argentina y el Museo Marítimo de Ushuaia. En este sitio web encontrará un poco de su pasado.
El Museo Marítimo de Ushuaia es una Asociación Civil sin fines de lucro, no recibe aportes del Gobierno Nacional ni Provincial para su funcionamiento. Eso quiere decir que las tareas que realiza en la puesta en valor del edificio histórico, los sueldos, aportes, gas, electricidad y todos los trabajos que realiza tienen como única fuente de recursos, el valor de la entrada y la utilidad de la venta de libros y souvenirs (Gift Shop).
Colaboran con su funcionamiento la Armada Argentina y la Municipalidad de Ushuaia, a ambas muchas gracias.
En este histórico edificio, su Director el Lic. Carlos Pedro Vairo, con el apoyo de la Asociación Civil, creó el Museo Marítmo de Ushuaia, el Museo del Presidio, el Museo Antártico "José María Sobral" y el Museo de Arte Marino Ushuaia.
En conjunto es un museo vivo donde se puede encontrar desde colecciones de modelos navales, la historia del descubrimiento antártico, y distintos aspectos como fauna austral, buscadores de oro, primeros habitantes, la vida en el presidio y lo más importante: las expediciones e investigaciones en desarrollo.
El Museo Marítimo de Ushuaia: A través de una colección de maquetas y modelos navales, con una temática marítima se recrea todo lo referente a la historia de Tierra del Fuego desde el especial punto de vista del hombre de mar dado que la isla de Tierra del Fuego y el archipiélago que la rodea, además de las Islas Malvinas, las Islas Georgias y la Antártida están ligadas al mar en todos los conceptos.

El Museo del Presidio de Ushuaia. Con un recorrido por el Pabellón IV, se toma conocimiento sobre la primera Cárcel de Tierra del Fuego (1896), la intención de una Colonización Penal y la construcción del actual edificio.
La vida de los reclusos, trabajos, castigos, cierre y la triste historia de algunos de sus principales ocupantes.
En la planta alta se encuentra una muestra permanente de la Policía Provincial. Responsable: Policía de la Provincia de Tierra del Fuego y una muestra permanente del Servicio Penitenciario de la Nación. Responsable la Sra. María del Carmen Raggio de Villalba, Directora del Museo Penitenciario de la Nación, Antonio Ballvé.


El Museo Antártico "José María Sobral"
, se ubica en la planta alta del Pabellón IV. Cuenta con 19 salas con el más rico acervo de materiales históricos y biológicos antárticos conservados. El responsable de su realización fue el Dr. Ricardo Capdevila, fallecido el 9 de julio de 2008, director del MUSEOANTAR, de la Dirección Nacional del Antártico. 
En la misma planta se puede visitar la muestra de Fauna Austral y su relación con el Hombre. Responsables Dr. Adrián Schiavini, Favio Fraga y DNA
Para conocer Ushuaia y su historia, vale la pena visitar la planta alta del pabellón II y recorrer:
  • Muestra fotográfica de la evolución de la ciudad de Ushuaia.
  • Muestra de los buscadores de oro, en la historia y en la actualidad.
  • Muestra del patrimonio arquitectónico urbano austral a cargo del Arquitecto Leonardo Lupiano.
  • Los pioneros y los viejos pobladores. Se trata de una serie de salas (ex celdas) donde se tratan distintos aspectos de la radicación del europeo en Tierra del Fuego.
El Museo de Arte Marino Ushuaia, despliega su colección, en la planta alta del Pabellón III.
Se trata de una selección de obras, a través de la cual se intenta dar una visión general y equilibrada del desarrollo del arte marino en Argentina, desde 1889 a la actualidad. La temática central de esta muestra es el tema marino, e incluye obras de artistas reconocidos tradicionalmente como marinistas, obras de otros que se definen como portuarios y algunas de aquellos que, eventualmente han realizado obras con la temática del agua o la pesca. El hilo conductor que vincula a estos artistas es el agua, y el abordaje de distintos temas relacionados con este medio, como el puerto, la pesca, las embarcaciones, el trabajo portuario y sus personajes, etc.
En la planta baja del Pabellón II, se encuentra la Galería de Arte del Museo Marítimo, donde se desarrollan exposiciones de artistas patagónicos, nacionales y extranjeros con temas patagónicos y antárticos.
Se realizan distintos talleres de plástica y fotografía.
La Biblioteca, Videoteca y Hemeroteca Roberto J. Payró, posee material de la antigua biblioteca del presidio, de la Base Naval y libros sobre la Patagónica Austral, Antártida e islas del Atlántico Sur. Mapoteca.
El Museo Marítimo de Ushuaia junto con la Editorial Zagier & Urruty Publications ha editado una interesante colección de libros abordando temas como la historia de Ushuaia, del Presidio de Ushuaia, naufragios en la región, cocina regional, etnografía marítima, etc.

jueves, 22 de septiembre de 2011

Info. del destino


Ushuaia - Información del destino
Ushuaia, mejor conocida por ser la ciudad más austral del mundo, es la capital de la provincia de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur. Se ubica a orillas del Canal Beagle y la rodean los nevados montes Martial, Olivia, y Cinco Hermanos. Este paisaje que la abraza también la convierte en uno de los destinos más fascinantes de la Argentina. Cada año es visitada por miles de turistas que realizan actividades al aire libre o participan de los eventos culturales. Es un destino popular entre amantes de los deportes invernales y por la gran cantidad de cruceros que se detienen aquí cada año.

En Ushuaia encontrará circuitos históricos que incluyen el Museo del Ex Presidio y el Museo Marítimo. También hay paseos de compras para los turistas y la actividad nocturna es buena.

Si realmente desea presenciar de cerca la belleza de este lugar remoto, le proponemos visitar el Parque Nacional Tierra del Fuego y el centro invernal Cerro Castor, donde presenciará postales que no va a olvidar de este rincón del mundo. Las actividades más populares son el esquí, el trekking, el snowboard, paseos en trineos y cabalgatas. La ciudad está preparada con muy buena infraestructura hotelera y gastronómica, encontrará alojamientos de todo tipo y excelentes restaurantes. Hay muchas agencias de viaje con experiencia en este destino. Los hoteles en Ushuaia están preparados para atender a sus huéspedes con servicios muy diversos.

Todo esto y mucho más, convierte a Ushuaia en un destino emblemático de la Patagonia Argentina, un lugar remoto donde podrá sentirse más cómodo que en su hogar.

Para conocer las principales actividades que puede hacer en esta mágica localidad, recomendamos continuar leyendo nuestra sección sobre "qué hacer en Ushuaia".

domingo, 18 de septiembre de 2011

Lugares de alojamiento


¿Dónde nos podemos alojar?

Tierra del Fuego ofrece alternativas para todos los presupuestos. Encontrarás en esta página información completa sobre cada una, y como siempre si querés saber algo más, no dudes en contactarnos aquí.
Para organizar mejor tu búsqueda hemos agrupado los alojamientos según la unidad urbana donde se encuentran emplazados, es decir que las posibilidades son Río Grande, Tolhuin y Ushuaia. Además, si lo que quisieras es alojarte fuera de las zonas urbanas, en alguna hostería alejada, en una estancia abierta a huéspedes o en un lodge de pesca, la información está agrupada como Alojamientos Rurales.
Una muy cálida bienvenida y una excelente atención te espera en Río Grande, el jardín de la Provincia de Tierra del Fuego, para empezar a disfrutar tu descanso.
A mitad de camino entre Ushuaia y Río Grande, Tolhuin te ofrece un punto de acceso a los atractivos del interior de nuestra Tierra del Fuego.
Ushuaia cuenta con alojamientos dentro y fuera de la Ciudad, brindándote una amplia y variada oferta en todas las categorías.
El Alojamiento en Áreas Rurales y la consiguiente práctica del denominado “Turismo Rural” es una nueva modalidad con carácter más participativo y de mayor contacto con el medio, tanto natural como social. Los establecimientos rurales forman parte de la historia de Tierra del Fuego, en ellos encontrarás vivo el pasado en los relatos y la hospitalidad de su gente. Cada establecimiento está preparado para brindar alojamiento y todos los servicios que demandan los visitantes.
En los viajes a la Antártida o a las Islas del Atlántico Sur, los pasajeros se alojan a bordo de los buques en los que se trasladan, ya que no existen establecimientos hoteleros en esas zonas de la Provincia. Si has optado por esta modalidad de viaje, encontrarás orientación en Cruceros y Expediciones.
¿Estás planeando tu viaje acompañado de tu carpa, casa rodante o motorhome?
En cualquiera de estos casos, dentro de las zonas urbanas sólo podrás pernoctar en determinadas áreas habilitadas como Campings.
¿Vas a pernoctar en algunos de nuestros alojamientos?
Para esto, tené en cuenta que para cada establecimiento hemos incluido en un primer nivel de consulta su tarifario y en un segundo nivel la descripción de sus servicios y equipamiento, galería fotográfica y otros detalles, tales como la distancia (medida en tiempo de viaje en vehículo) a la que se encuentran del Aeropuerto y del centro de cada ciudad o los idiomas en que pueden realizarse las consultas, entre otros.
Algunos servicios son ofrecidos por todos los establecimientos, independientemente de su categoría, tales como servicio de desayuno (puede estar incluido en el precio o no), servicio diario de limpieza de la habitación y baño, con cambio de ropa de cama y sábanas cada tres días.
Todos los establecimientos publicados en nuestra página son habilitados e inspeccionados periódicamente por el Instituto Fueguino de Turismo,garantizando las medidas de higiene y seguridad para los usuarios. Todos cuentan con alarma para incendios, salidas de emergencia y cobertura de seguros.
Si durante tu estadía se produjera algún inconveniente, no dudes en realizar el reclamo correspondiente a nuestra dirección electrónica o personalmente en nuestras oficinas. Es importante destacar que no estamos en condiciones de responder por servicios deficientes ofrecidos de forma clandestina.
Hoteles :

Hotel Las Hayas     

Hotel Los Cauquenes Resort & Spa     

Hotel Albatros     

viernes, 9 de septiembre de 2011

Identidad e Imagen: paisajes culturales extremos en Tierra del Fuego



Escrito por: Eugenio Garcés

Chile identidad y paisaje
Nicanor Parra lo ha señalado acertadamente: Chile es un paisaje más que un país. Sin embargo, el antipoeta juega con las palabras, ya que en la etimología de paisaje están país y paisano. En este sentido, la identidad de un país estaría relacionada con sus paisajes y su gente, quienes han construido esa identidad a partir de la frecuentación y disfrute de sus bellezas naturales, así como al cultivo y utilización asidua de los recursos que ofrece el territorio.
Jocelyn-Holt por su parte, y en referencia a las montañas, el agua y el valle de Santiago, afirma que sus paisajes serían “parte de la historia y no solo de la naturaleza”.1 Benjamín Subercaseaux, con su Chile o Una loca geografía, abre paso a la formulación de una identidad que surge desde una geografía metafísica,2 en la que convergen historia y paisaje, según la cual el territorio está fragmentado en distintos países –“de las mañanas tranquilas”, “de la senda interrumpida”, “de la montaña nevada”, “de la tierra inquieta”, “de los espejos azules”, “de la noche crepuscular”– y que sin embargo es uno, en la medida que “quedará en definitiva ocupado por chilenos; por hombres sujetos a la misma historia y a un mismo paisaje que les modelará un mismo carácter, los exaltará en las misma glorias y los hará sobrellevar las mismas miserias”.3 Mariano Latorre dijo cierta vez: “Era necesario ser paisajista, pues el gran personaje es aquí la naturaleza”.4 Leopoldo Castedo, en su Redacción, iconografía y notas al Resumen de la Historia de Chile de don Pancho Antonio Encina,5 señala que la colaboración encontrada en todas partes fue decisiva para “reunir en esta obra un verdadero catálogo de la iconografía chilena”.6 Debemos convenir que ese catálogo, barajado dentro de suResumen, ha sido una de las contribuciones más importantes a la representación de la identidad chilena, en la forma de grabados, piezas cartográficas, pinturas, fotografías, planos, etcétera, que se suceden en la obra para construir un espejo en el que nos reconocemos como tales chilenos.
País de paisajes y rincones, habitado por paisanos, geografía diversa y loca, iconografía e historia, expresiones artísticas y productivas son, entonces, los elementos con los cuales se construye la imagen de este país.
Paisaje y cultura
En La Morfología del Paisaje, Carl Sauer7 estableció la noción de paisaje cultural como aquella que surge a partir de formas antrópicas superpuestas al paisaje natural, destacando el rol que juega el hombre en la modificación de la faz de la tierra, haciendo más compleja la comprensión del paisaje en la forma de fenómenos interdependientes y conectados: “El contenido del paisaje se encuentra por tanto en las cualidades físicas del área que son significantes para el hombre y en las formas de su uso del área, en hechos de sustento físico y hechos de cultura humana… La cultura es el agente, el área natural es el medio, el paisaje cultural es el resultado”.8 Por su parte, la Convención del Patrimonio Mundial adoptada por la conferencia general de la Unesco (1972), creó un instrumento para reconocer y proteger el patrimonio natural y cultural de valor excepcional y en 1992 incorporó la categoría de paisajes culturales.9 Unesco distingue los paisajes culturales creados por el hombre (jardines, parques…), muchas veces relacionados con edificios religiosos y monumentos; los paisajes culturales que reflejan por su forma y componentes determinados procesos de evolución, en relación y respuesta a un entorno natural, que han surgido por motivos sociales, económicos, administrativos o religiosos; y los paisajes culturales que surgen de una potente asociación cultural, religiosa o artística con ciertos elementos naturales no demasiado significativos. Joaquín Sabaté ha instrumentalizado el concepto a partir de numerosos artículos, actividades académicas y proyectos, consiguiendo proponer una definición muy sintética y operativa, según la cual un paisaje cultural, en términos generales, es “un ámbito geográfico asociado a un evento, a una actividad o a un personaje histórico, que contiene por tanto valores estéticos y culturales”.10
Por otra parte, la construcción cultural del paisaje encuentra bases analíticas y operativas en la comprensión de los territorios en términos de capas –layers– sobrepuestas de ocupación, cuya lectura resulta complementaria con la figura del palimpsesto, según la cual el territorio se encuentra sobrecargado de huellas, interpretaciones y lecturas, acumuladas, borradas, sobreimpresas en un espacio físico que las condensa y las dota de sentido. La idea del territorio como palimpsesto fue formulada por André Corboz,11para quien éste es la consecuencia de diversos procesos que lo construyen de manera incesante y lo constituyen en un producto activado por numerosas acciones que se superponen a modo de estratos en los cuales coexisten los diversos vestigios de las ocupaciones del territorio.
Si los paisajes de una geografía diversa y loca son el medio, y la historia, expresiones artísticas y productivas que se expresan en layers estratificados y sucesivos son los agentes, entonces los paisajes culturales son el resultado con el cual se construye la imagen de un país.
Tierra del Fuego, paisaje cultural extremo
Tierra del Fuego sería un paisaje cultural, en la medida que en su territorio se incorporaron formas antrópicas, que evidencian ciertos procesos de evolución, en un ámbito geográfico que posee valores estéticos y adquiere valores culturales, superpuestos en la forma de estratos, capas o layers en las cuales se han impreso determinados hechos sociales y económicos. A ello se añade la idea complementaria, de acuerdo con la cual estamos ante un “paisaje cultural extremo”. La definición de paisaje cultural extremo se aplica a Tierra del Fuego en función de: a) sus características geográficas y ambientales extremas; b) los testimonios de navegantes, viajeros y científicos que la exploraron y que forman un corpus de narraciones y cartografías; c) la muy interesante cultura aborigen de los selk’nam que la poblaron aproximadamente desde el año 11.000 AP.; y d) los signos elementales de una colonización económica, basada en la explotación de sus recursos naturales, que se llevó a cabo desde fines del siglo XIX.
Las características geográficas y ambientales extremas de Tierra del Fuego, dada su situación al sur del paralelo 52, determinan un territorio intenso, excesivo, remoto y complejo, que posee un clima muy riguroso, con cualidades distintivas de excepcional belleza. Su vasta extensión es como un círculo del cielo donde el horizonte establece a la redonda los límites de sus referencias visuales que la dotaron de sus cualidades estéticas.12
Presenta unos paisajes conformados con elementos geográficos, disímiles y contrapuestos, armónicos y complementarios, de una geografía evidentemente loca que se encuentra más allá del final de nuestra angosta faja de tierra, donde coexisten, entre otros elementos, lagos y cordilleras, glaciares y praderas, bosques y estrellas, crepúsculos prolongados, cielos tormentosos y sombras muy largas y un ámbito insular con límites en dos océanos, un mar, un canal y un estrecho… Sus paisajes extremos comprenden el extraordinario contorno de sus costas, rico en bahías, fiordos, canales, senos, cabos, ventisqueros, y lugares tan significativos como el sitio Ramsar en bahía Lomas, las praderas ventosas del norte de la isla, las tierras bajas comprendidas entre bahía Inútil y bahía San Sebastián, el sitio “Tres Arroyos” y la sierra Carmen Sylva, los grandes cuerpos de agua del lago Blanco y lago Lynch, los bosques de lenga rojos en otoño, el cordón de La Paciencia presidido por el cerro Diamante, la falla geográfica compuesta por el seno Almirantazgo, el río Azopardo y el lago Fagnano, la cordillera de Darwin, la bahía Yendegaia –coronada al oriente por los montes Pirámides– que se abre sobre el canal Beagle, entre muchos otros.
Desde Pigafetta a Darwin, desde Sarmiento de Gamboa a Gusinde, la Tierra del Fuego ha sido explorada desde el descubrimiento del Estrecho de Magallanes,
en 1520, por navegantes, viajeros y científicos europeos, produciendo un conjunto vasto de narraciones13 y representaciones que encuentra su forma más acabada en la rica cartografía fueguina que supera las dos mil piezas, cantidad impresionante de planos que informa de los conocimientos cartográficos de cada época histórica, así como de los mitos y leyendas que se tejieron en relación con la isla y sus áreas de influencia. El interés de los diversos países europeos por cartografiar el área meridional de América se explica por la importancia estratégica del estrecho de Magallanes y la ruta del cabo de Hornos para la navegación mundial hasta la apertura del canal de Panamá, en 1914. Esta cartografía incluye piezas arcaicas, como el sector del Planisferio denominado Padrón Real de Turín de 1523, y planos modernos, como el plano de Tierra del Fuego a escala 1: 2.250.000, impreso por F. De Agostini, en 1959. Incluye entre otros los mapas de Santa Cruz (1540), Van Spilbergen (1614), Arellano (1619), Gerritz (1622), Keer (1645), Gotha (1887).14
En Tierra del Fuego se asentó, desde hace unos 110 siglos, la rica cultura aborigen de los selk’nam, la que consiguió el dominio del territorio extremo mediante la institución del háruwen. Ésta destinaba a cada grupo familiar la explotación exclusiva de ciertas áreas geográficas muy bien demarcadas sirviéndose de accidentes topográficos, curso de ríos, imprecisas señales de la llanura, etc., cuyos límites exigían una estricta observancia, de manera que su conocimiento era comunicado de generación en generación ya que su violación era causa de luchas entre linajes. El tamaño de cada háruwen dependía del grado de productividad que brindara, de manera que una zona rica en recursos configuraba un háruwen menor y viceversa. Cada una de estas áreas era habitada por el linaje de un grupo de parientes consanguíneos unidos por vía patrilineal con anteriores generaciones. El háruwen también respondía a una cuestión espiritual, asociada con el orden del cosmos. En cada háruwen se representaban los antepasados, donde cada río, lago, monte, pradera, bosque, estrella, fue anteriormente un selk’nam que al morir escogió transformarse en determinado elemento del territorio, dando forma a la tierra y el universo. El hecho de que el háruwen estuviera delimitado por la corporización de un antepasado respondía a la intrínseca manera mediante la cual los selk’nam complementaban con una dimensión espiritual el habitar en ese ámbito extremo. Existían cuatro cielos (shó’on), a los cuales pertenecían todos los háruwen, referenciados por los puntos cardinales, los que unidos representaban la totalidad del universo y agrupaban a la estructura social selk’nam. Cada miembro de un linaje pertenecía desde su nacimiento a un háruwen y por consiguiente a un shó’on establecido. En caso de un matrimonio, era la mujer la que debía trasladarse, dejando su háruwen y su shó’on, pasando a integrarse al de su marido.15
Desde fines del siglo XIX, la colonización económica desarrolló un conjunto de asentamientos humanos que transformó la vastedad del territorio en un ámbito organizado según nodos débiles y dispersos y redes de infraestructura, para la explotación sistemática de sus recursos naturales –oro, pradera, petróleo, paisajes–. Se trata de obras del hombre, que ilustran las diversas formas con que estos se establecieron en el territorio fueguino y dominaron su ambiente extremo con finalidades productivas, cuya expresión territorial son los company lands.16 La noción de company land representa la idea de una región activada en términos empresariales mediante instalaciones industriales, asentamientos humanos, infraestructuras viaria y portuaria, de manera tal que todos los elementos resultan interdependientes entre sí para conseguir el funcionamiento del conjunto como un gran espacio industrial. Estos company lands son tanto agrarios como mineros. Los agrarios asumieron la forma de grandes sociedades que administraron a las estancias ganaderas. Las sociedades “pioneras” fueron: Wehrhahn y Cía. (120.000 há), The Tierra del Fuego Sheep Farming Co. (180.000 há), The Philip Bay Sheep Farming Co. (170.000 há), Sociedad Explotadora de Tierra del Fuego (SETF) (1.009.000 há) y Sociedad Industrial y Ganadera de Magallanes (190.000 há). Las principales estancias en Tierra del Fuego son: Gente Grande (1885), Springhill (1890), Caleta Josefina (1893), Bahía Felipe (1896), Cameron (1904), Vicuña (1915), Russfin (1920), China Creek (1924). Los company lands mineros, están representados por la Empresa Nacional del Petróleo (Enap), fundada en 1950 por la Corporación de Fomento de la Producción (Corfo), para administrar la explotación de los hidrocarburos en Tierra del Fuego, ambas riberas del estrecho de Magallanes y su boca oriental.
Tierra del Fuego, señas de identidad
Tierra del Fuego es paisaje y es recurso.17 En cuanto a paisaje extremo, ha sido formada por la relación intensa entre los valores, ideales, nostalgias, esperanzas, ambiciones, miradas humanas, con los territorios de Tierra del Fuego. En cuanto a recurso, debe su existencia a unos procesos productivos que la transformaron en producto, activado por los grupos humanos que allí se asentaron y se sustentan. De manera que los procesos de ocupación –aborigen y económico– han puesto en evidencia la relación interdependiente de su naturaleza extrema con una serie de eventos prehistóricos e históricos que caracterizaron la ocupación de ese espacio de frontera, donde la noción de palimpsesto adquiere doble sentido, ya que si actualmente coexisten los layers de diversas funciones y actividades económicas, estos tienen lugar sobre otra ocupación anterior como lo fue la aborigen, de la que se conservan signos muy débiles, ya que fue en su mayor parte dramáticamente borrada18 para dar lugar a la que ahora existe.
La identidad fueguina se constituye mediante una aplicación de conjunto, integrada por historias, formas, estructuras y funciones sujetas a desarrollos y cambios,19 en la que se verifican las complejas interdependencias entre geografía y ambiente natural, exploraciones y registros realizados por exploradores europeos, prácticas territoriales y sociales aborígenes y emprendimientos económicos. Con este conjunto integrado, superpuesto y acumulado de capas antrópicas20 de ocupación sobre los paisajes naturales –cuya toponimia recuerda a los viajeros que los exploraron– se ha conseguido la construcción cultural del territorio fueguino. Del háruwen al company land, estas capas han sido articuladas mediante un conjunto de espacios residenciales y productivos, materialmente frágiles21 pero densos en sus significados, posibilidades y proyecciones económicas y culturales, que se constituyen en referencias persistentes de la identidad regional y de la sociedad magallánica. Contribuyen con la caracterización de un ámbito de frontera, este finis terrae incógnito según Hernando de Magallanes, poniendo en evidencia la transformación de su naturaleza extrema en cultura, sobre un ámbito territorial dominado por la noción de vastedad en su latitud austral.
Así, los paisajes naturales son el molde y la horma donde se han formado los paisajes culturales extremos en Tierra del Fuego, caracterizados por unas formas de ocupación que hacen posible su lectura a la manera de capas superpuestas como en un palimpsesto que trasciende al territorio físico propiamente tal para instalarse en la fantasía cultural de occidente22 como imaginario de un confín remoto más allá del cual no es posible avanzar. De aquí se desprende la identidad de Tierra del Fuego y es posible diseñar su imagen y su destino.
Estos antecedentes nos permiten afirmar que si el paisaje extremo es actualmente uno de sus commodities, su interpretación cultural agrega valor a Tierra del Fuego. De esta hipótesis surgen numerosos retos para la gestión del territorio, entre ellos su ordenación funcional, la dotación de infraestructura y su activación para el turismo de intereses especiales.
Un diseño: Proyecto “Fomento al Turismo de Intereses Especiales. Rutas Culturales en Tierra del Fuego”
El proyecto23 recoge el empeño del gobierno de Chile por fomentar el sector turismo de intereses especiales (Mensaje de la Presidenta Bachelet, 21 de mayo 2008), dinamizar la economía mediante la generación de nuevas alternativas de empleo (Consejo de Ministros, 3 de marzo 2009) y “contribuir al desarrollo de ofertas distintivas, sustentables y de alta calidad abordando los desafíos de la innovación asociados a capturar para el país el potencial de generación de ingresos presente en su patrimonio natural y cultural” (Programa de Innovación en Turismo, Trinidad Cádiz, mayo 2008).
Se trata, entonces, de un proyecto país que tiene como objetivo el diseñar24 la imagen corporativa territorial para “Tierra del Fuego rutas culturales”, mediante la prospección, difusión y transferencia de tecnologías y conocimientos, articulados y puestos en valor por un proyecto de rutas culturales, de forma tal de complementar el desarrollo territorial de Tierra del Fuego a partir de su interpretación como paisaje cultural extremo, interpretación que hace posible el diseño de las tales rutas.
Por lo tanto se trata de una operación de invención de Tierra del Fuego. No será la primera, pero es nuestra.
La representación25 de sus paisajes, culturales y naturales, hará posible la descripción progresiva del territorio para diseñar su imagen, en tanto confín sur del mundo, y agregar valor al paisaje, en tanto recurso natural de Tierra del Fuego, mediante su interpretación en términos culturales, poniendo de relieve una cierta identidad de Tierra del Fuego.El diseño de las rutas se efectuará a partir de la selección y definición de una estructura interpretativa, con vínculos entre paisaje, cultura y patrimonio, presentando al paisaje en su relación con los recursos naturales y culturales de un modo asequible y comprensible para el turista de intereses especiales. Se considera que el diseño de rutas culturales es la forma más idónea para acrecentar el valor, complementar los impresionantes paisajes de Tierra del Fuego con su historia, su patrimonio natural, humano y cultural, generar una imagen corporativa como marca territorial y estructurar los distintos recursos turísticos, tangibles e intangibles, consolidados y latentes, fortaleciendo las bases para el desarrollo de un nuevo escenario en el mercado turístico nacional e internacional.
Las rutas son circuitos culturales integrados, en las que concurren el espacio físico y sus elementos patrimoniales, naturales y culturales, en conjunto con representaciones y otros elementos que describen e interpretan esas rutas. La ruta cultural expresa su mayor potencial en la articulación de los recursos paisajísticos y los recursos culturales, en clave de desarrollo sustentable, promoviendo la armonía con la naturaleza y los grupos humanos locales. Se prevé, en principio, el diseño de las siguientes rutas: “Ruta aborigen”, “Ruta del oro”, “Ruta de las estancias”, “Ruta del petróleo”, “Ruta de los paisajes extremos”.
De acuerdo con Hugo Lavados26 “una imagen-país no se inventa, se extrae de la propia identidad”. De esta manera, la imagen “Tierra del Fuego, rutas culturales” construirá un concepto innovador, capaz de inventar la Tierra del Fuego y de estructurar los distintos recursos turísticos, tangibles e intangibles, consolidados y latentes, fortaleciendo las bases para un nuevo escenario de gestión territorial.
  1. Jocelyn-Holt, Alfredo: Historia General de Chile, Tomo 3, p. 102.
  2. Así llama Benjamín Subercaseaux a la cuarta dimensión de la geografía que propone en su Chile o Una loca geografía, pp. 19-20.
  3. Ibídem, pp. 20-21.
  4. Mencionado por Hernán del Solar en su introducción al libro Chile, país de rincones, de Mariano Latorre, p. 13.
  5. Encina, Francisco A.: Resumen de la Historia de Chile. Redacción, iconografía y notas de Leopoldo Castedo.
  6. Ibídem, Prólogo de Leopoldo Castedo.
  7. Carl Sauer (1889–1975) fue el impulsor de la escuela de geografía cultural de Berkeley y desarrolló la noción de paisaje cultural.
  8. Sauer, Carl; La Morfología del Paisaje.
  9. Los paisajes culturales están integrados en una categoría diseñada por Unesco y remiten a una nueva y más inclusiva dimensión del patrimonio, ya que se amplía el concepto de patrimonio arquitectónico vinculado con edificios patrimoniales y conjuntos monumentales integrándolos en un contexto territorial.
  10. Sabaté, Joaquín; “El patrimonio como recurso básico para un nuevo modelo de desarrollo (río Llobregat)”. En: revistaUrban, 9. Madrid, 2004.
  11. Corboz, A.; “El territorio como palimpsesto”. En: Martín Ramos, A., Lo urbano en 20 autores contemporáneos.
  12. José Ricardo Morales, Arquitectónica, p. 173 y ss.
  13. Entre otras, las narraciones, diarios y publicaciones de Antonio de Pigafetta: Relazione del primo viaggio intorno al mondo; Charles Darwin: Darwin en Chile (1832-1835); Pedro Sarmiento de Gamboa: Viajes al Estrecho de Magallanes 1579-1584; Martín Gusinde: Feuerland Indianer (1931).
  14. Martinic, Mateo: Cartografía Magallánica 1523-1945, Premio Nacional de Historia y coinvestigador de la investigación Fondecyt mencionada.
  15. “El viaje de Martín Gusinde y el habitar de los sélknam que configura el territorio extremo de Tierra del Fuego”. Alumnos Croxatto y Vial. En: Taller de Investigación 2º semestre 2008. Profesores Eugenio Garcés Feliú y Franz Kroeger.
  16. La noción de company land surgió como complemento y extensión de company town. En: Taller de Investigación 2º semestre 2008. Profesores Eugenio Garcés Feliú y Franz Kroeger.
  17. Respecto del territorio –paisaje y recurso– se puede revisar una abundante bibliografía. Entre otros, ver: Manuel Solá-Morales, “Reconocimiento comarcal y ordenación del territorio”, en: revista Quaderns, 1 y 2; Vittorio Gregotti, “El Territorio de la arquitectura”; Cesar Naselli, “El paisaje territorial”, en: MW, 9; María del Milagro Escribano y otros: El Paisaje.
  18. En palabras de Mateo Martinic, “La gran responsable directa –por delito de acción– lo fue la colonización ganadera, como acción económica impersonal y anónima que en su avasallador desarrollo eliminó los obstáculos que se le oponían, pues su avance representaba una demostración manifiesta de progreso y civilización, no importando que aquel se amasara con sangre y dolor inocente y ésta resultara escarnecida”. Mateo Martinic: La Tierra de los Fuegos, p. 96.
  19. Carl Sauer, “Objetivo de la Geografía”, en: La morfología del Paisaje.
  20. El principio antrópico sugiere que vivimos en un universo que parece haber sido meticulosamente adaptado para permitir la existencia de la vida tal y como la conocemos.
  21. En el caso de los háruwen solo restan sus registros debidos a Martín Gusinde, que a su vez son interpretaciones de datos transmitidos por una cultura oral.
  22. Chatwin y Theroux, en su libro Retorno a la Patagonia, examinan las múltiples menciones a la Patagonia y Tierra del Fuego en diversos escritores, entre ellos Poe, Melville, Coleridge, Donne, Hudson y otros.
  23. El proyecto fue presentado por Serex y el Centro del Patrimonio Cultural de la Pontificia Universidad Católica de Chile a Corfo, y ha sido aprobado para su desarrollo durante 2009 y 2010. El equipo de proyecto integrará saberes de la arquitectura, el diseño, la geografía y la economía. Está formado por Eugenio Garcés, Sebastián Seisdedos, Franz Kroeger, Ximena Ulibarri y Nicole Norel.
  24. Según Alfonso Corona Martínez, “el diseñador inventa un objeto en el acto mismo de representarlo; esto es, dibuja un objeto inexistente, cada vez con mayor precisión… Así, el diseño es la descripción progresiva de un objeto que no existe al comenzar la descripción”. En: Alfonso Corona Martínez: Ensayo sobre el proyecto, p. 10.
  25. Entre las técnicas de representación se utilizarán: la cartografía, el mapeo, los planos, los dibujos y renders, imágenes 3D y las fotografías.
  26. Hugo Lavados: “Diseño de estrategia Imagen de Marca Chile”. ProChile, noviembre 2005.
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Solá-Morales, ManuelReconocimiento comarcal y ordenación del territorio. En: revista Quaderns Extra, 1 y 2.

La arquitectura de los paisajes culturales extremos en Tierra del Fuego



Escrito por: Eugenio Garcés1

Introducción
El conocido arquitecto y teórico italiano Vittorio Gregotti publicó en 1972 un libro al que tituló El territorio de la Arquitectura. Para Gregotti, las relaciones entre arquitectura y territorio resultan de gran interés para la disciplina, en particular aquellas vinculadas con “el ambiente modificado por el trabajo y la presencia del hombre” (Gregotti, 1972, p. 111). El teórico italiano veía estos vínculos como específicamente arquitectónico, considerando que los problemas de la forma aplicados al territorio construyen un rico campo de resonancias e implicaciones, a partir de “el reconocimiento y la asunción del mundo como materia elaborada por la arquitectura a través de la invención del paisaje…” (Gregotti, 1972, p. 95).
Esta hipótesis nos permite afirmar que en Chile existen una serie de territorios situados en los márgenes de la experiencia cotidiana de sus habitantes, que han sido construidos como paisajes, específicos y concretos, cuando la explotación de los recursos naturales ha resultado rentable y la construcción de asentamientos humanos ha permitido habitarlos. Es el caso de la Cordillera de los Andes (minería del cobre), del Desierto de Atacama (oficinas salitreras), del golfo de Arauco (asentamientos del carbón) y de la isla de Tierra del Fuego (estancias ganaderas, explotación del petróleo), entre otros. En este sentido, Tierra del Fuego es paisaje y es recurso (Gregotti, 1972; Solá-Morales, 1981). En cuanto recurso, debe su existencia a un proceso que la transformó en producto, activado por los grupos humanos que allí se asentaron y se sustentan; en cuanto paisaje, ha sido formado por un intenso proceso humano, construido sobre el soporte geográfico de Tierra del Fuego.
Buena parte del misterio elusivo de la Tierra del Fuego se debe a su posición y características geográficas, al sur de los campos de hielo, al sureste del Estrecho de Magallanes, en los confines de América, entre los paralelos 52 y 55 grados de latitud sur. En ese espacio geográfico tan particular, la presencia del hombre ha sobrecargado el territorio de huellas, interpretaciones y lecturas, acumuladas, borradas, sobreimpresas, en un espacio físico que condensa y dota de sentido a los diversos procesos que se superponen a modo de estratos, como en el palimpsesto de sus diversas ocupaciones.
1. Wilderness en Tierra del Fuego
La noción de extremo como cualidad de Tierra del Fuego, vale también por “salvaje”, equivalente al término inglés “wilderness”.2En términos metafísicos, el wilderness ha sido descrito como una idea subjetiva en la mente del espectador, relativa a un lugar donde se conserva la influencia arcaica de lo natural, con características tales como un alto grado de salvajismo, el carácter primigenio, la soledad o la recreación en condiciones primitivas, donde pueden ser observados y experimentados el naturalismo y los espacios libres de la actividad humana.
Desde un punto de vista legal,3 el wilderness es una zona de “tierra sin mejoras permanentes o habitación humana”, “que ha sido afectada principalmente por las fuerzas primarias de la naturaleza” y posee un “carácter primitivo e influyente”, que se protege y maneja “a fin de preservar sus condiciones naturales”.
Aunque suponemos al wilderness una condición natural y al margen de la influencia humana, nuestra relación con el wilderness ha evolucionado y cambiado en respuesta a las tendencias e ideas formuladas en determinados momentos de la historia, desde el momento que el wilderness ha sido moldeado a nuestra imagen y semejanza y creado para servir a las necesidades del hombre y los grupos hegemónicos, de modo que la construcción social de la noción de wilderness está vinculada con la evolución histórica de la percepción humana de la vida silvestre.4
De este modo, a lo largo de la historia, la palabra wilderness si bien fue sinónimo de salvaje, desolado, estéril y caótico, términos todos que tienen una connotación negativa, la Revolución Industrial planteó que la tecnología podría someter y dominar la naturaleza y mover a las personas desde el wilderness hasta el jardín doméstico o urbano. La vida silvestre fue reducida al control de los rendimientos y el medio ambiente fue explotado exclusivamente con fines económicos.
Sin embargo, el movimiento romántico, desde principios del siglo XIX, planteó un cambio en la comprensión de la naturaleza, desde su percepción como materia prima, propia de la Revolución Industrial, hacia su percepción como producto de la inspiración divina. El wilderness podía ser consecuencia del panteísmo, esto es, de que la naturaleza toda es expresión de la divinidad, de modo que el wilderness se convirtió en algo de valor para ser protegido y apreciado. Y la sensación de contemplar y convivir con esas formas de lo natural, nos lleva a la idea de lo sublime. Edmund Burke5 describió lo sublime como un temor controlado que atrae al alma, presente en cualidades como la inmensidad, el infinito, el vacío, la soledad, el silencio, etc. Calificó lo sublime como “asombro sin peligro”. Estas ideas abren paso a la noción de lo sublime como la belleza terrible.6
Desde esta perspectiva, el wilderness comenzó a ser ofrecido como un destino turístico perfecto, ya que cuando se difundió la idea de experimentar lo sublime en ciertas áreas naturales, su acceso fue posible para aquellos en condiciones económicas de disfrutarlo. Así, los turistas de intereses especiales y los deportistas con recursos crearon el wilderness a su imagen y semejanza.
Nuestra Tierra del Fuego tiene mucho de wilderness, en la medida que en ella se conserva la soledad, el alto grado de salvajismo y el carácter primigenio de un territorio que ha ido siendo parcialmente modificado por la acción del hombre, primero con una ocupación aborigen del territorio y más tarde con la ocupación económica. Ese territorio, que se veía a fines del siglo XIX y del siglo XX como un ambiente a explotar en términos económicos, está actualmente en disposición de ser transformado en un escenario apto para el turismo de intereses especiales, como una nueva dinámica económica, la que sin embargo atesora los valores del paisaje ya que en éstos es que encuentra sus valores más destacados.
2. Los paisajes culturales extremos en Tierra del Fuego
Una perspectiva de análisis, basada en la lectura del territorio de acuerdo con el concepto de palimpsesto, hace aflorar diversos estratos, layers o capas, para la formación de los paisajes extremos en Tierra del Fuego:
  • El Comité Interministerial de Chile para el Desarrollo de Zonas Extremas y Especiales, Cideze (1994), consideró como zona extrema y especial a Magallanes.
  • El encuadre crítico de sus paisajes naturales establece el verdadero contexto geográfico de Tierra del Fuego, como remate excepcional de la Patagonia, así como puerta de acceso a la Antártica.
  • El corpus de narraciones y cartografías legado por los exploradores europeos que la reconocieron –navegantes, viajeros y científicos–, configura el imaginario de un territorio al sur del mundo.
  • Los aborígenes sélknam habitaron la Tierra del Fuego durante cerca de ciento diez siglos y dejaron un riquísimo legado cultural.
  • Los asentamientos humanos, que surgieron desde fines del siglo XIX a raíz de una colonización económica basada en la explotación de los recursos naturales, hicieron posible el dominio de su ambiente extremo con finalidades productivas, configurando unos paisajes reconocibles y propios.
a. Magallanes, Zona Extrema y Especial
El Comité Interministerial para el Desarrollo de Zonas Extremas y Especiales, Cideze (Cideze, 1994)7, considera como zona extrema y especial a Magallanes, entre otras zonas de Chile. Acorde con las diferentes leyes vigentes, las zonas extremas en Chile incluyen: la región XV (Arica y Parinacota); la provincia de Tocopilla en la región II (Antofagasta); la región XI (Aysén); la región XII (Magallanes); y las provincias de Palena y Chiloé en la región X (Los Lagos). Adicionalmente, se incluye a la Isla de Pascua, en el Océano Pacífico. Se trata de territorios que se caracterizan por el aislamiento crítico, su población escasa y altamente dispersa, la presencia deficitaria del aparato público y el bajo nivel de desarrollo socio-económico, todos factores que representan una desigualdad y desventaja respecto del desarrollo del resto de Chile.
A los efectos de caracterizar a los territorios especiales aislados, se han seguido criterios físicos, como la variable climática, ya que un clima riguroso condiciona la accesibilidad y comunicación; demográficos, considerando el porcentaje de población rural, así como la indígena; económicos, tomando en cuenta la dependencia de capitales externos, así como el nivel de actividad económica y la débil transferencia tecnológica a los procesos productivos; de acceso a servicios públicos, considerando la integración comunicacional, el acceso a educación, la cobertura de salud y la presencia de infraestructura de transporte como puertos y aeropuertos; y político-administrativo, ya que la distancia a los centros de poder y toma de decisiones es crítica en estos casos (Subdere, Instituto de Geografía PUC, 1999).
En tanto territorio especial aislado,8 la isla de Tierra del Fuego presenta un claro aislamiento geográfico; posee un bajo nivel de accesibilidad; tiene una población escasa y altamente dispersa, dispone de una baja presencia y cobertura de servicios públicos; y posee un bajo nivel de desarrollo socio-económico. Tiene, además, falencias y déficit en infraestructura vial, portuaria, aeroportuaria y telecomunicaciones, las que dificultan la accesibilidad y conectividad de la población, con un consecuente desequilibrio territorial; la población está concentrada en determinados zonas, situadas a buena distancia del núcleo regional y comunal; y posee dependencia funcional y económica, existiendo una situación de aislamiento crítico asociado con la condición extrema de la región.
b. Tierra del Fuego, paisajes naturales extremos
La Tierra del Fuego es la mayor isla del continente americano. Está ubicada aproximadamente entre el paralelo 52° y el paralelo 55° de latitud sur, latitud en la que es el único lugar poblado del planeta en forma permanente, junto con la isla Navarino. Es una manifestación compleja el ámbito mayor de la Patagonia Magallánica, así como puerta de acceso a la Antártica. Está delimitada por el estrecho de Magallanes, el canal Beagle, el mar de Drake, el océano Atlántico y el océano Pacífico.
La Isla es compartida por Chile y Argentina, países a quienes les corresponde la sección occidental y oriental respectivamente, de acuerdo con el Tratado de Límites de 1881, que estableció como frontera una línea recta norte-sur que va desde el cabo Espíritu Santo hasta el eje del canal Beagle. El Tratado otorgó una superficie (aproximada) de 2.948.000 hectáreas para Chile y 1.850.000 hectáreas para Argentina.
Tierra del Fuego debe su nombre al hecho que Hernando de Magallanes y su tripulación, durante el viaje de exploración del Estrecho, habrían visto gran número de fogatas en las costas al suroriente, probablemente a la cuadra de las actuales Primera o Segunda Angostura. Anne Chapman (Chapman, 1986) indica la posibilidad de que los sélknam hubiesen encendido las fogatas para avisar de la presencia de las extrañas naos. Esos fuegos habrían sido vistos por la tripulación de las naves y de allí el nombre de la Isla. Otra posibilidad es que los fuegos avistados fuesen fuegos fatuos asociados con la combustión espontánea de bolsones superficiales de gas, cuya existencia fue comprobada unos 430 años después, con el hallazgo de petróleo y gas natural por la Empresa Nacional del Petróleo (Enap)9 en la Isla.
El conjunto de operaciones cartográficas de encuadre de Tierra del Fuego abarca el Estrecho de Magallanes, desde su boca occidental en el Océano Pacífico hasta su boca oriental en el Océano Atlántico, incluyendo el territorio continental del sur de América hasta el paralelo 52°; comprende la totalidad de la Isla Grande de Tierra del Fuego (lados chileno y argentino); incluye los archipiélagos al sudoeste del estrecho de Magallanes; y contiene al Cabo de Hornos como parte integrante del sistema insular mayor.
En su parte norte, la Isla posee una topografía caracterizada por sus amplias llanuras centrales con cierto relieve y hacia el sur, por a la presencia de unos desmembrados Andes patagónicos, con el nombre de cordillera de Darwin. El clima está definido por los fuertes vientos, la presencia constante de la lluvia y la nieve, el soleamiento escaso y oblicuo, los cielos siempre cambiantes. Su extensión es como un círculo del cielo donde el horizonte establece a la redonda la vastedad de los límites y referencias visuales que la dotaron de sus cualidades estéticas (Morales, 1984, p. 173). En su espacio geográfico coexisten, entre otros elementos, lagos y cordilleras, glaciares y praderas, bosques y estrellas, crepúsculos prolongados, cielos tormentosos y cambiantes, sombras muy largas. Sus paisajes comprenden el extraordinario contorno de sus costas, rico en bahías, fiordos, canales, senos, cabos, ventisqueros, y lugares tan significativos como el sitio Ramsar en bahía Lomas, las praderas ventosas del norte de la Isla, las tierras bajas comprendidas entre bahía Inútil y bahía San Sebastián, la sierra Carmen Sylva, los grandes cuerpos de agua del lago Blanco y el lago Lynch, los bosques de lenga, la falla geográfica oriente-poniente compuesta por el seno Almirantazgo, el río Azopardo y el lago Fagnano, la cordillera de Darwin, la bahía Yendegaia que se abre sobre el canal Beagle y está coronada al oriente por los montes Pirámides… Las cualidades de muchos de estos paisajes se asocian con la noción de belleza terrible, propia de lo sublime.
c. Los exploradores europeos
Desde Pigafetta a Darwin, desde Sarmiento de Gamboa a Gusinde, la Tierra del Fuego ha sido explorada desde su primer avistamiento por Hernando de Magallanes (1520), cuando dio con el estrecho que lleva su nombre. En 1584, Sarmiento de Gamboa, divisó y escribió sobre los selknám (la “gente grande”) durante su viaje por el Estrecho (Sarmiento de Gamboa, 1950). Impulsó a nombre del rey Felipe II de España la fundación de asentamientos humanos en el Estrecho, con dos establecimientos llamados Nombre de Jesús y Rey Felipe, ambos fracasados después de años de enormes dificultades que llevaron a la muerte a sus más de trescientos habitantes por falta de provisiones, hecho que Rey Felipe sea conocido hoy en día con el significativo nombre de Puerto Hambre.10
En 1616, los holandeses Le Maire y Schouten descubrieron el Cabo de Hornos y confirmaron la conjetura de navegantes españoles y del pirata inglés Francis Drake, quién en 1579 propuso la idea de que Tierra del Fuego es una isla que forma parte de un complejo archipiélago. Desde entonces se sucedieron numerosas expediciones, entre ellas la de Phillip Parker King, quien dirigió importantes trabajos hidrográficos entre 1826 y 1830, encargados por el almirantazgo británico, en el litoral chileno de la Patagonia y la Tierra del Fuego. Otra, de gran interés, fue la que comandó el capitán Robert Fitz Roy, con Charles Darwin como naturalista a bordo, explorando la Tierra del Fuego y territorios adyacentes entre 1832 y 1834 en la nave Beagle.
Cincuenta años después, en 1886, arribó a Tierra del Fuego otro europeo, el rumano Julius Popper11, quién fue el primer hombre blanco en recorrer el interior de la Isla, entre bahía Porvenir y bahía San Sebastián, donde descubrió y organizó el yacimiento aurífero denominado El Páramo, en cuya cercanía propuso la fundación de un pueblo marítimo que denominó Atlanta (Popper, 2003). Fue un adelantado en la campaña de exterminio de los aborígenes y ya es un clásico la fotografía en la cual aparece unsélknam muerto al pie de sus batidores.
El europeo de origen ruso, Mauricio Braun, radicado en Punta Arenas (Chile), fue el encargado de organizar y administrar como director-gerente, desde 1893, a la Sociedad Explotadora de Tierra del Fuego, cuya superficie de operaciones superó el millón de hectáreas. La Sociedad es considerada pionera en relación con la explotación económica de la Isla en base a las estancias ovejeras.
Unos años más tarde, el sacerdote salesiano italiano Alberto De Agostini, llegado a Punta Arenas en 1910, aportó de manera significativa a la exploración de las cordilleras patagónica y fueguina y al conocimiento de la región austral, mediante fotografías, libros, películas y cartografías que se difundieron en Europa. En 1955, a la edad de setenta y dos años, dirigió la ascensión del monte Sarmiento, el más alto de la Isla, con 2.404 metros de altura (De Agostini, 1959).
El sacerdote austriaco Martín Gusinde, de la congregación del Verbo Divino, llegó a Chile en 1912. Realizó cuatro expediciones a Tierra del Fuego, entre 1918 y 1923, y consiguió convivir intensamente con sélknam y yámanas para ganar su completa confianza y participar en una ceremonia del Hain.12 Durante estas expediciones, en las que aplicó el método de la etnohistoria, obtuvo el material fotográfico y etnológico para la publicación de su obra capital, Feuerland Indianer (1931), traducida al castellano comoLos Indios de la Tierra del Fuego (Gusinde, 1982).
El interés de los diversos países europeos por explorar y cartografiar el área meridional de América se explica por la importancia estratégica del Estrecho de Magallanes y la ruta del Cabo de Hornos para la navegación mundial, hasta la apertura del canal de Panamá en 1914. Es interesante constatar que desde el primer naufragio, acaecido a la nao Santiago en 1520, se registran más de 400 siniestros,13 solamente durante los siglos XIX y XX, en el entorno de la isla de Tierra del Fuego, esto es, en el Estrecho de Magallanes y en los alrededores de Punta Arenas, en el estrecho de Le Maire, la isla de Los Estados, el canal Beagle y, sobre todo, en el sector sur del Cabo de Hornos.
En conjunto, la cartografía de la región Magallánica y Tierra del Fuego supera las dos mil piezas, cantidad impresionante de representaciones que informa de los conocimientos cartográficos de cada época así como de los mitos y leyendas que se tejieron en relación con la Isla y sus áreas de influencia. Esta cartografía incluye piezas arcaicas, como el sector del Planisferio denominadoPadrón Real de Turín de 1523, y planos modernos, como el plano de Tierra del Fuego a escala 1: 2.250.000, impreso por F. De Agostini en 1959. La Cartografía Magallánica 1523–1945 (Martinic, 1999) contiene, entre muchos otros, los mapas de Santa Cruz (1540), Van Spilbergen (1614), Arellano (1619), Gerritz (1622), Keer (1645), Gotha (1887).
d. La cultura aborigen de los sélknam
Tierra del Fuego fue durante cerca de ciento diez siglos la patria de los aborígenes conocidos como sélknam (onas), un pueblo de individuos físicamente muy bien conformados que con el tiempo desarrolló una adaptación extraordinaria a sus duras características geográficas y ambientales.14 El nomadismo les permitió desplazarse en procura de los alimentos necesarios para su existencia, con la práctica de la caza y la recolección de frutos.
El guanaco, animal esencial en su economía, como lo fue el bisonte para los indígenas de las praderas norteamericanas, les brindaba carne para su alimento y pieles para su vestimenta, los usos artesanales y la cubierta de sus chozas.
En tanto expresión de arquitectura, las chozas se basaron en una estructura de ligeras varas que las mujeres sélknam portaban durante las excursiones, como base de una construcción resistente a los fuertes vientos, que se completaba con varas más robustas, si las había a mano, forradas exteriormente con pieles, cortezas y ramas, dejando una apertura superior para la salida del humo y otra, en dirección opuesta del viento dominante, para ser utilizada como puerta. Por su parte, el arco, pieza de notable artesanía, y la flecha, objeto de depurado diseño y construcción, son centrales en su economía. La emplumadura del astil se disponía de modo tal que propulsaba la flecha en giro rotatorio, necesario para producir un mejor vuelo rectilíneo y lograr una mayor eficiencia en las cacerías (Prieto, 2008).
El dominio del territorio lo consiguieron mediante la institución del háruwen,15 que destinaba a cada grupo familiar la explotación exclusiva de ciertas áreas geográficas muy bien demarcadas en relación con accidentes topográficos, curso de ríos, precisas señales de la llanura, etc., cuyos límites exigían una estricta observancia, ya que su violación era causa de disputas entre linajes, por lo que su conocimiento era comunicado de generación en generación. Cada una de estas áreas era habitado por el linaje correspondiente a un grupo de parientes consanguíneos que por vía patrilineal los unía a anteriores generaciones. El tamaño de cada háruwendependía del grado de productividad que brindaba, de manera que una zona rica en recursos exigía un háruwen menor y viceversa. En cada háruwen se representaban los antepasados, de manera que cada río, lago, monte, pradera, bosque, fue anteriormente un sélknam el que al morir escogió transformarse en un cierto elemento del territorio, dando forma al cosmos. Existían cuatro cielos (shó’on), a los cuales pertenecían todos los háruwen, referenciados por los puntos cardinales, los que unidos representaban la totalidad del cosmos y agrupaban a la estructura social sélknam (Keller, 1947).
Martín Gusinde (Gusinde, 1982) dibujó un plano de los háruwen a partir de la interpretación de informaciones transmitidas oralmente. De acuerdo con este plano, los háruwen eran treinta y ocho para una población estimada en tres mil ochocientos individuos, hacia mediados del siglo XIX; según estudios posteriores de Anne Chapman (Chapman, 1986), los háruwen eran ochenta. Investigaciones más recientes establecen una densidad ocupacional de un habitante por cada veinticinco kilómetros cuadrados de territorio, cifra que sugiere una población de mil quinientos individuos para toda la Isla (García Moro, 1987).
La ocupación económica del territorio, desde los últimos años del siglo XIX, dio origen al exterminio de los sélknam por individuos perfectamente armados, entrenados y remunerados. El mayor de los costos de esta ocupación fue la extinción de los sélknam. En palabras de Mateo Martinic (Martinic, 1980 p. 96):
La gran responsable directa –por delito de acción– lo fue la colonización ganadera, como acción económica impersonal y anónima que en su avasallador desarrollo eliminó los obstáculos que se le oponían, pues su avance representaba una demostración manifiesta de progreso y civilización, no importando que aquel se amasara con sangre y dolor inocente y ésta resultara escarnecida.
Los indígenas que no murieron en las batidas fueron confinados en las misiones salesianas de San Rafael y Río Grande donde las enfermedades europeas de contagio acabaron con esta espléndida raza. La última sélknam, Ángela Loij, falleció en 1974.
e. Los asentamientos humanos
Desde fines del siglo XIX, se desarrolló un conjunto de asentamientos humanos que surgieron a raíz de una colonización económica basada en la explotación de los recursos naturales, cuya expresión territorial son el puerto de Porvenir, las estancias ganaderas16, las factorías madereras y las instalaciones mineras,17 representando la intervención cultural en el territorio de Tierra del Fuego, a la vez que la expresión paisajista resultante de esa interacción. En este sentido, la ocupación ganadera de Tierra del Fuego, los establecimientos madereros y la ocupación petrolera desarrollada por Enap para la explotación de los hidrocarburos, constituyen formas económicas de ocupación del territorio e ilustran las diversas formas con que dominaron su ambiente extremo con finalidades productivas.
La necesidad de dotar de una cabeza política y administrativa a la Isla y, al mismo tiempo, de afianzar la soberanía establecida en el tratado de límites con Argentina de 1881, llevó a la fundación de Porvenir el 20 de junio de 1894, por decreto supremo del Presidente Jorge Montt. Porvenir, capital de la Tierra del Fuego chilena, nació como campamento minero y luego se consolidó como centro de servicios y comercio asociado con la ganadería ovina. Las primeras construcciones, en forma de campamentos mineros, se situaron al fondo de la bahía Porvenir, en la playa norte y en las inmediaciones del “chorrillo del oro”; y proliferaron también posadas y comercios, los que dieron origen a la primera configuración estable del poblado. El trazado en damero fue diseñado por los ingenieros Contreras y Donoso.
En la década de 1880 se formaron en Punta Arenas las empresas para postular a las Concesiones de Tierras en Tierra del Fuego,18en un proceso convocado por los gobiernos de la época. Las primeras Concesiones fueron otorgadas, para el período 1885–1915, a las sociedades multinacionales Wehrhahn y Cía. (120.000 há), The Tierra del Fuego Sheep Farming Co. (180.000 há), The Philip Bay Sheep Farming Co. (170.000 há), Sociedad Explotadora de Tierra del Fuego (1.009.000 há) y a la empresa local Sociedad Industrial y Ganadera de Magallanes (190.000 há), para ocupar buena parte del solar patrio de los sélknam (onas). El otorgamiento de estas concesiones implicó una nueva ordenación del territorio –que se superpuso a la división tradicional de los haruwén19aborígenes– basada en la distribución de cinco enormes predios, que activaron a la Tierra del Fuego en términos productivos. Datos de 190720 indican que la Isla, a 20 años del otorgamiento de las primeras concesiones, había sido transformada en un territorio económico de importancia, ocupado por cinco empresas ganaderas, 1.626 habitantes y 750.000 cabezas de ganado ovino. (Martinic, Mateo, 1999). El proceso de concesiones continuó efectuándose periódicamente, abarcando hasta el sur del río Grande y sentando las bases de la actual subdivisión predial de la Isla.
Las estancias ovejeras son asentamientos rurales, formados por cascos, secciones, puestos, caminos y pequeños puertos, destinados a la crianza de ovejas para la producción de lana, carne y derivados. Constituyen hechos arquitectónicos múltiples, discretos y dispersos en la vastedad de la Isla, que organizaron, con pocos elementos, unos lugares específicos en el territorio. Sus piezas básicas se articulan en la forma de cascos de estancia, los más grandes de los cuales llegaron a albergar más de un centenar de trabajadores durante la época de esquila de ovejas.
Estos cascos dieron origen a unas formas básicas de urbanización, al modo de pequeños poblados, compuestos por viviendas de distintos tamaños y calidades, entre las que sobresale la casa de administración, desde la cual se ejerció el dominio visual sobre las faenas, y por las instalaciones productivas, entre las que se destaca el galpón de esquila, donde se concentró el foco productivo. Las piezas de arquitectura, destinadas a cumplir funciones laborales y residenciales, fueron edificadas mediante estructuras de madera revestidas con planchas metálicas onduladas de hierro galvanizado,21 conformando formas fuseladas para resistir el fuerte embate de los vientos. Las dimensiones de las estructuras resultaron definidas por el pie inglés y sus revestimientos, por las medidas de las planchas metálicas.22
Con el correr del siglo XX, sin embargo, la expansión sostenida de la ganadería ovina fue contrayéndose en razón de aspectos tales como el clima riguroso, las distancias significativas entre las estancias y el puerto de Porvenir, único centro poblado en la Isla hasta 1958, los restringidos medios de transporte y comunicación, la condición mono productora de los establecimientos, el empobrecimiento y deterioro de los suelos, la reducción de las superficies en explotación, el manejo técnico conservador de los predios ovejeros, entre otros. Muchas de las grandes estancias fueron abandonadas y no consiguieron dar pie a núcleos estables y complementarios de población. (Martinic, 2005).
Los principales cascos de estancias son: Gente Grande (1885), Springhill (1890), Caleta Josefina (1894), San Sebastián (1895), Bahía Felipe (1896), Cameron (1904), Vicuña (1915). Estos cascos son el paradigma de la construcción de unos paisajes culturales extremos en Tierra del Fuego.
La zona de Tierra del Fuego que enfrenta al canal Whiteside y la isla de Dawson, fue asiento de establecimientos de explotación forestal, como es el caso de Puerto Yartou, Puerto Arturo y La Paciencia, situada esta última al interior del seno Almirantazgo. De acuerdo con Mateo Martinic,23 en estas factorías madereras, desde 1910 en adelante existieron ferrocarriles del sistema Decauville para el movimiento interno de cargas, con tiro animal (caballo), combinado con fuerza humana.
La factoría llamada Puerto Yartou, fue fundada en 1908 por Alberto Baeriswyl Pittet, hijo de inmigrantes suizos, en Tierra del Fuego. Su fundador inauguró la actividad económica de la explotación maderera. Actualmente (2010) está en marcha una iniciativa de restauración de la Casa de Administración, gracias al aporte del gobierno suizo que hizo suyas estas instalaciones en homenaje al pionero Alberto Baeriswyl Pittet, con el propósito de organizar allí un museo de sitio. El proyecto está siendo patrocinado por la Embajada de Suiza en Chile, por la Embajada de Chile en Suiza y por la Comisión Bicentenario Chile 2010.
Hacia 1958, fue construido el company town de Cerro Sombrero, establecimiento industrial, administrativo y residencial, proyectado24 y construido por Enap sobre una meseta del cerro que le da su nombre, al borde del río Side, con el propósito de establecer un cabezal jerárquico para la explotación sistemática de los hidrocarburos en Tierra del Fuego y en la cuenca del estrecho de Magallanes, una vez puesto en producción el primer pozo en Manantiales (1945). Se inserta actualmente en una empresa territorial del petróleo, en la que concurren diversos elementos: el territorio tridimensional de los yacimientos situados en cotas promedio de 2.500 metros bajo la superficie terrestre (en tres grandes áreas explotadas: al interior de la Isla, en el borde costero y mar adentro); pozos para la extracción de los recursos desde el subsuelo (hay 90 pozos en explotación); infraestructura industrial para la producción, refinamiento y exportación del gas y el petróleo (ductos de transporte, plantas de tratamiento, refinerías, puertos y terminales); e infraestructura urbana para el alojamiento de los trabajadores: Manantiales (1945), Puerto Percy (1950), Cerro Sombrero (1958), Cullen (1962). Estos elementos interdependientes se han articulado en un modelo industrial compuesto por nodos, redes, sistemas y circuitos, el cual gobierna el funcionamiento de la empresa en el territorio petrolero de Tierra del Fuego.
El proyecto de Cerro Sombrero incluyó 140 viviendas de distintos tipos, así como edificios de equipamiento y de oficinas, todos ellos edificados con altos estándares constructivos y de habitabilidad, articulados en torno al centro cívico del campamento. Sus edificios públicos –complejo polideportivo, teatro, iglesia, escuela, hospital, casino, supermercado– representan un importante esfuerzo por enriquecer la vida de la población permanente, coadyuvar al desarrollo de la vida social y asegurar la identificación y sentido de pertenencia hacia una empresa del estado, consolidando su imagen corporativa. A su vez, un edificio como el complejo polideportivo es una clara respuesta al intenso clima del lugar ya que facilita el uso periódico de los espacios interiores, como un contrapunto a la plaza cívica que preside, generando un rico diálogo entre espacio público y espacio social.
Para el diseño de las edificaciones se utilizaron libremente algunos de los elementos del estilo moderno como manera de conseguir la integración formal de cada edificio en el conjunto, empleando grandes ventanales, estructuras de hormigón y metálicas muy sencillas y volúmenes netos y sin mayor ornamento. Actualmente, el poblado está ocupado por cerca de 600 habitantes.25
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La isla de Tierra del Fuego se caracteriza por poseer un conjunto de capas sobrepuestas en su territorio y que están relacionados con su condición extrema: sus características como Zona Extrema y Especial; sus paisajes naturales que poseen magnitud, escala, complejidad, grado de dificultad, con características de prístino, remoto, distante, intenso, excesivo, etc.; la serie de exploraciones, registros y narraciones realizadas por europeos a partir del descubrimiento del Estrecho de Magallanes en 1520, que encuentran su forma más acabada en la valiosa cartografía fueguina; la rica cultura aborigen de los sélknam, asentados desde hace unos ciento diez siglos en la Isla, y cuya expresión territorial fueron los háruwen; por último, desde fines del siglo XIX, se desarrolló en la Isla un conjunto de asentamientos humanos –puerto, estancias, campamentos petroleros– que surgieron a raíz de una colonización económica basada en la explotación de sus recursos naturales cuya expresión son los territorios ganaderos y mineros.
La interpretación en términos de layers de compleja lectura, asociados con la noción de palimpsesto, caracteriza la superposición de múltiples sedimentos culturales, pasados y presentes, resultados de la construcción de territorios dinámicos y superpuestos, en los cuales se conservan los débiles registros de la ocupación aborigen, sobre la que se estableció la ocupación pastoril y la explotación de hidrocarburos. Estos hechos hacen posible la invención del paisaje extremo a la Tierra del Fuego, en tanto correspondencia entre hombre y naturaleza que pone de relieve la relación intensa, poderosa y vital que la sociedad aborigen primero y unos emprendimientos ganaderos y mineros más tarde, establecieron en el territorio fueguino, modificando su ambiente con finalidades productivas y configurando con el tiempo una identidad que subyace en esa construcción cultural del paisaje.
De manera que los paisajes extremos en Tierra del Fuego constituyen un conjunto integrado, superpuesto y acumulado de capas antrópicas de ocupación, sobre unos espacios naturales extraordinarios, compuesto por formas, estructuras y unidades, sujetas a desarrollos y cambios, en las que se verifican las complejas interdependencias entre ambiente natural, prácticas sociales aborígenes, exploraciones, registros y emprendimientos económicos. De los háruwen a las estancias ganaderas y los establecimientos petroleros, estas capas han sido articuladas mediante un conjunto de espacios residenciales y productivos, materialmente frágiles26 pero densos en sus significados, posibilidades y proyecciones económicas y culturales, que se constituyen en referencias persistentes de la identidad regional y de la sociedad magallánica. Contribuyen con la caracterización de un Finis Terrae Incógnito, un territorio de frontera en el cual se pone en evidencia esta transformación de su naturaleza extrema en cultura cotidiana, sobre un ámbito geográfico dominado por la vastedad en su latitud austral.
Estos antecedentes nos permiten afirmar que, si el paisaje extremo es actualmente uno de sus recursos naturales, su interpretación cultural agrega valor a Tierra del Fuego. De esta hipótesis surgen numerosos retos para la gestión del territorio, entre ellos su ordenación funcional, la dotación de infraestructura y su activación en término de rutas culturales,27 buscando de preservar lo mucho que posee de un wilderness solitario, salvaje y primigenio, que fue parcialmente modificado por la ocupación aborigen y la económica.
De manera que el wilderness es el molde y la horma donde se han formado los paisajes culturales extremos en Tierra del Fuego, a la manera de capas superpuestas como en un palimpsesto, establecidos en un conjunto de paisajes de excepcional belleza y riguroso clima, que fueron registrados por navegantes y exploradores europeos a lo largo de cuatrocientos años de historia, y que trasciende al territorio físico propiamente tal para instalarse en la fantasía cultural de occidente como imaginario de un secreto confín remoto más allá del cual no es posible avanzar.28

  1. Eugenio Garcés Feliú es Doctor Arquitecto y Profesor Titular de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Estudios Urbanos de la Pontificia Universidad Católica de Chile.
  2. De acuerdo con el filósofo Max Oelschlaeger, la idea americana del wilderness debe su origen especialmente a Henry David Thoreau (1817-62). Oelschlaeger señala que Thoreau fue influenciado por Ralph Waldo Emerson (1803-1882). La “filosofía de la naturaleza” de Emerson estaba “enraizada en un idealismo abstracto, donde se reduce la naturaleza salvaje a un espejo de la mente humana, lo que facilita el descubrimiento del Espíritu Absoluto o de Dios. (The idea of wilderness: From prehistory to the age of ecology, New Haven, Yale University Press, 1991).
  3. Wilderness Act, 1964.
  4. Warner, A. “The construction of “wilderness”: an historical perspective”. Contributed paper for the Canadian Parks for Tomorrow: 40th Anniversary Conference, May 8 to 11, 2008, University of Calgary, Calgary, AB.
  5. Burke, Edmund (2005). Indagación filosófica sobre el origen de nuestras ideas acerca de lo bello y lo sublime. Madrid, Alianza Editorial, 2005.
  6. La segunda elegía, de “Las elegías del Duino” de Rilke, comienza así: “Todo ángel es terrible”.
  7. Comité presidido por el Ministro del Interior, creado por el Presidente Frei Ruiz-Tagle en el año 1994 y radicado en la Subsecretaria de Desarrollo Regional desde el año 2001. www.subdere.gov.cl
  8. El concepto de “zona extrema y especial” se busca superar apuntando al concepto de “territorio especial aislado”. Comité interministerial para el desarrollo de las zonas extremas y especiales (CIDEZE) Marzo 2006 – Septiembre 2009.
  9. La Empresa Nacional del Petróleo (Enap) fue fundada en 1950 por la Corporación de Fomento de la Producción (Corfo), para explorar y explotar los yacimientos petroleros en Magallanes.
  10. El lugar fue denominado Port Famine (Puerto del Hambre) por el corsario inglés Thomas Cavendish al visitar el asentamiento español abandonado.
  11. Una versión novelada de la vida de Popper es El corazón a contraluz, extraordinaria novela de Patricio Manns (Manns, 1996).
  12. Ceremonia del Hain: rito de iniciación de los adolescentes sélknam.
  13. Vargas Sáez, Juan Francisco: Historial del Mar de Chile. Valparaíso, Talleres de Imprenta y Litografía Soto Ltda., 2000.
  14. Tenían una especial adaptación metabólica, con temperatura corporal superior en un grado a la nuestra y una estatura promedio de 1,80 m.
  15. El haruwen era una porción familiar del territorio fueguino muy bien demarcada en relación con accidentes topográficos, curso de ríos, precisas señales de la llanura, etc., cuyos límites exigían una estricta observancia.
  16. Para el tema más general de las estancias ganaderas en la región de Magallanes, ver Las estancias magallánicas(Benavides y otros, 1999).
  17. La zona norte de Tierra del Fuego fue activada en términos empresariales mediante la construcción de instalaciones industriales, asentamientos humanos, infraestructuras viaria y portuaria, entre otros, de manera tal que todos los elementos resultan interdependientes entre sí para conseguir el funcionamiento del conjunto del territorio como un gran espacio industrial. (Garcés y Kroeger, 2008).
  18. El sistema de concesiones de tierras fue adoptado por los gobiernos del presidente Santa María (1881-1886), del presidente Balmaceda (1886-1891) y continuadores, como forma de entregar en arriendo a empresas y sociedades ganaderas las tierras fueguinas por plazos de hasta 25 años. Las principales concesiones fueron otorgadas en 1885-1915, 1916-1928 y 1938-1941.
  19. La institución del háruwen destinaba a cada grupo familiar la explotación exclusiva de ciertas áreas geográficas muy bien demarcadas, cuyos límites exigían una estricta observancia, por lo que su conocimiento era comunicado de generación en generación ya que su violación era causa de disputas entre linajes.
  20. 1907 es el año en que el presidente de Chile Pedro Montt visitó el puerto de Porvenir, fundado en 1894.
  21. La mayoría fueron producidas en factorías de Wolverhampton y Emubrand, Inglaterra.
  22. Las dimensiones más utilizadas fueron 3.500 mm, 2.500 mm y 1.000 mm de largo por 851 mm de ancho.
  23. Martinic, Mateo: Ferrocarriles en la zona austral de Chile, 1869-1973. En: Historia No 38, Vol. II, julio-diciembre 2005: 367-395.
  24. Algunos importantes arquitectos chilenos de la época participaron en el proyecto de Cerro Sombrero: Julio Ríos; Monckeverg, Echavarría, Briones; Jorge Searle; Bolton, Larraín, Prieto; Echeñique y Cruz.
  25. El censo de 1960, el primero donde Cerro Sombrero figura como entidad urbana, registró un total de 703 habitantes en 114 viviendas, luego durante la década de 1970 en el mejor momento del poblado llego a tener 901 habitantes en 140 viviendas. El año 1982 el registro fue de 691 habitantes. (Martinic, 1980; INE: 1970, 1982).
  26. De las chozas aborígenes solo restan los dibujos y registros fotográficos debidos a Martín Gusinde y otros. La forma y posición de los háruwen son interpretaciones dibujadas de datos transmitidos por una cultura oral (Gusinde, 1982). Por su parte, la arquitectura en madera de las estancias, dependiendo de su manutención, tiene una duración más limitada que la de piedra, ladrillo u hormigón. En cualquier caso, la mayor parte de esas construcciones se encuentran en regular o buen estado, más de un siglo después de haber sido construidas.
  27. Eugenio Garcés está dirigiendo el proyecto Corfo Innova “Fomento al Turismo de Intereses Especiales (TIE). Proyecto de rutas culturales en Tierra del Fuego”, con participación de académicos de la Universidad Católica de Chile, así como Joaquín Sabaté (UPC, España) y Dennis Frenchman (MIT, USA).
  28. Chatwin y Theroux examinan las múltiples menciones a la Patagonia y Tierra del Fuego en diversos escritores, entre ellos Poe, Melville, Coleridge, Donne, Hudson y otros (Chatwin y Theroux, 1997).